Tal vez fuese culpa
de Corto Maltés y su casa dorada de Samarkanda, o tal vez de Tin Tin y sus
aventuras, o de Julio Verne y sus magníficas historias, o quizás de Marco Polo
y su libro de las Maravillas o quién sabe si de Ruiz González de Clavijo, o incluso del mismísimo Indiana Jones… aunque me
temo que lo más probable es que fuese culpa mía, culpa de mí mismo y mi exceso
de imaginación… pero hace unos meses ya,
cuando desde un mapa-mundi gigante que
colgaba de la pared del comedor de mí casa y solía trazar con el dedo lo que
fue la gran ruta de la seda, mi mente me transportaba a legendarias ciudades
llenas de caravanas de camellos,
caravanserais, calles polvorientas llenas de mercaderes, música oriental y danzarinas
del vientre abriéndose paso entre encantadores de serpientes… pero cuando uno
se adentra en el 2014 en la que tal vez fue la más importante ruta comercial de
la historia, esa vía de comunicación que le sirvió a la vieja Europa de puerta
de entrada de todo el conocimiento y exotismo del lejano y desconocido oriente,
uno se encuentra con unas ciudades que por suerte aún conservan parte del
patrimonio de aquellas doradas épocas, pero que el paso del tiempo y de otros
imperios han dejado una huella más profunda que no las de los días del gran
mercader veneciano… Y es que hasta 1991 todas estas republicas de Asia Central
formaban parte de la poderosa U.R.S.S. y es la herencia soviética la que más
hondo ha calado en el batiburrillo de culturas que pueblan estas tierras…
El día que abandonaba
Kirguizistán, mientras esperaba a que abrieran el lado uzbeco de la frontera ya
que tienen una hora de diferencia y mientras charlaba con algunos de los
locales que estaban allí esperando al igual que yo… mi cerebro va y recibe una
señal que me cuesta de creer, pero me parece estar escuchando “catalán” justo
detrás mío, en la frontera entre Kirguizistán y Uzbekistán!!!!! Me giro y efectivamente un par de viajeros de
Sant Joan Despi y Tarragona
respectivamente estaban allí a la espera igual que yo!!! Su intención era
llegar de Barcelona a Pekín en un SEAT Ibiza…para que veais que no soy el único
colgado que hay por el mundo, pero este les dejó tirados en Estambul!!! Fue un puntazo el encuentro ya que por aquí
apenas hay turismo y que encima fuésemos vecinos, pues la verdad es que hizo
ilusión…
Una vez abierta la frontera nos damos cuenta de que aquí las
cosas van en serio ya que nos inspeccionan los ordenadores de arriba abajo,
abriendo todas las carpetas en busca de material terrorista o tías en pelotas…
vete tú a saber, pero la cosa es que a uno de los catalanes en el móvil le
pillaron fotos de su novia en paños menores y le obligaron a borrarlas o sino no
le dejaban entrar… aunque mientras inspeccionaban las fotos tendríais que ver
qué cara de viciosillos que se les pusieron…Una vez en suelo uzbeco, nos
despedimos y cada uno siguió su camino…
El pedaleo es
agradable ya que no hace mucho viento y el terreno es bastante plano, estoy
recorriendo el fértil y mitificado valle de Fergana. Necesito dinero uzbeko y me desvío a Andijón
ciudad escenario de una terrible masacre en la que el ejército abrió fuego
sobre unos manifestantes en 2005 y que todavía está presente en las mentes de
sus habitantes. Debo superar varios controles policiales que aunque no suponen
ningún problema siempre y cuando tengas todos los papeles en orden, sí que
resulta un coñazo estar parando cada dos por tres. Al contrario que su gobierno
y su policía, la gente de a pie uzbeca, es de lo más encantador y hospitalario
que me he encontrado hasta la fecha. Poco a poco voy descubriendo que cuanto
peores gobernantes tiene un país más maja es su gente… así pues supongo los
españoles debemos ser gente encantadora.
En Andijón una vez
consigo dinero en el mercado negro, a un cambio mucho más conveniente que en
los bancos, un profesor de inglés que me hace de interprete, me invita a comer
y se desvive por hacerme sentir a gusto en su ciudad, pruebo el omnipresente
Plov por primera vez y no me deja pagar absolutamente nada. En la carretera es
constante la cantidad de coches que paran a saludarme y a hacerse fotos conmigo,
imagino que la ausencia de turismo hace de mí un ser exótico a sus ojos…
La primera noche la
paso en Fergana, una ciudad mediana que da nombre al valle y que ya entrada la
noche se muestra algo hostil ya que es todo muy oscuro, muy sobrio, muy
soviético…Trato de buscar un albergue que me habían recomendado por sus buenos
precios ya que aquí los precios no son los de la india, pero me resulta
imposible dar con él y termino en un hotel semi lujoso, ya que en Uzbekistan
por ley se debe dormir en hoteles oficiales, aquí no pues dormir en casas
particulares ni en tienda de campaña ni en ningún sitio donde no te den un
papelito al que llaman “registro” y que debes enseñar en la frontera al
abandonar el país y en caso de que no coincidan el número de noches
transcurridas en el país con el número de “registros”, uno se expone a una
sustancial multa!!!!. Así pues me veo obligado a pagar más de lo que a mi
austero bolsillo tengo acostumbrado, pero hay que decir que el hotel estaba
realmente bien… y disfruté de una ducha de un agua caliente que hacía muchos
días que no disfrutaba…
En Kokand también
hice noche y conocí a un grupo de muchachos que me enseñaron orgullosos su bonita
población y en su afán por darme a conocer a todo el mundo, me llevaron como si de un expediente X yo me
tratase a su universidad a que me viesen y se echasen fotos conmigo sus
compañeros y profesores…pensé que en cualquier momento me ataban a una camilla
y me extraían algún órgano vital para analizarlo!!! Cuando consigo comprar mi
libertad con mi mejor sonrisa y un par de escusas, me refugio en un bar donde
en menos de 5 minutos tengo la mesa llena de gente y me empiezan a interrogar
por mis conocimientos culinarios uzbekos… concluyendo en que ellos preparan el
mejor PLOV de todo el país y para que me quede claro me invitan a cenar esa
misma noche… Cuando por la noche me presento en el bar, resultan haber como
quince personas esperándome y tan solo un cubierto con el más típico de los
platos nacionales que consiste en un arroz especiado con carne de cordero y
alguna verdura. Me veo yo solo sentado en una mesa con un montón de público
esperando que les de mi aprobación y elogio, son un montón de pares de ojos
clavados en mí bajo un absoluto silencio tan solo roto por el chasquido de mi
masticación, convirtiendo la situación en algo entre divertido y embarazoso…
menuda presión!!!! Aunque he de decir que el plato estaba muy bueno… Cuando les
regalo el oído diciendo que efectivamente no había probado nada igual en mis 41
años de vida, bla bla bla…, rompen en aplausos y empiezan a abrazarme a mí, se
abrazan entre ellos, se auto afirman como grandes cocineros, el ruido vuelve al
bar y todo vuelve a ser relejado y cordial…
El camino prosigue
por las llanuras de un valle que parece cualquier cosa menos un valle, donde
almendros en flor, campos de cultivo, extractores de gas metano y una gran
presencia industrial conviven en la zona más tradicional y conservadora de este
reciente país…
Al abandonar la
industrial Angren y poco antes de llegar a Tashkent un duro puerto de montaña
vuelve a mostrarme nieve y es capaz de hacerme sentir frio en un mismo día en
el que desperté sudando de calor, pero pese a la dureza del ascenso, la belleza
del paisaje compensa el esfuerzo y la bajada de más de 15 km es una auténtica
gozada…
Tashkent es la
capital de Uzbekistán, una ciudad para mi gusto extremadamente soviética pero
que conserva alguna madraza y mezquita que realmente valen la pena, me alojo
cerca del animado y concurrido Chorsu bazar donde transcurre la mayor parte de la
vida comercial y social de la ciudad, en un albergue (Gulnara) donde me
encuentro con otros viajeros y turistas por primera vez en mucho tiempo… mi
plan es utilizar Tashkent como base de
operaciones para obtener los Visados que me faltan para poder seguir mi camino ya que aquí están las
embajadas y consulados de Irán y Turkmenistán.
Obtener el visado de
Irán es un proceso largo y tortuoso que empecé hace ya algún tiempo cuando
andaba todavía por tierras Vietnamitas,
y por estas fechas ya debería estar resuelto, pero por incompetencia de la
agencia que me lo tramitó todo, cometió el error de usas dos números de
pasaporte distintos ya que en India me tocó renovarlo y resulta que me
encuentro con que me niegan la entrada a Irán, uno de los países que más ganas
tengo de conocer…al principio la noticia es como un jarro de agua fría y me veo
en un largo proceso de idas y venidas a las embajadas y a agencias para
solucionar toda esta engorrosa burocracia…
Harto de pasar
tiempo en una ciudad de la que ya he visto todo lo que tengo que ver, me voy
con la bici hasta Samarkanda y ya volveré en tren cuando me arreglen el
papeleo… El camino hacia la evocadora ciudad de Samarkanda, me lleva tres días
pedaleando a contra viento, un viento tan fuerte que en ocasiones me obligaba a
bajar de la bici y a agarrarme a las señales de tráfico ya que me deslizaba
literalmente hacia atrás… siempre lo digo, prefiero subir una montaña vertical
que no pelear contra el viento, es una sensación muy frustrante aunque por suerte la
generosidad uzbeka hizo que el camino se hiciese muy ameno y es realmente un
placer ver que la gente que comparte la carretera conmigo, se paran a regalarme
pan, yogurt artesano de las montañas, e incluso una sandía!!! Lo cual es de
agradecer, pero cuando viajas en bicicleta, una sandía más que un regalo es una
auténtica putada… pero la intención es lo que cuenta… aunque lo más
sorprendente es que me han llegado a dar dinero en dos ocasiones… gente que en
medio de la nada quieren invitarte a comer pero que al no haber ningún sitio
donde comprar comida, se sacan del bolsillo el equivalente a unos 5€ (lo cual
aquí es mucho más que en Europa) y te dan dinero para que me coma algo a su
salud… INCREIBLE!!!!!
Una noche en un
hotel de mala muerte un grupo de trabajadores de la metalurgia me invitaron a
cenar con ellos y como el que bebe agua
sacaron una botella de vodka casero que regó una parrillada que nos metimos entre
pecho y espalda.. Dos de ellos eran musulmanes serios y no probaban el alcohol
por nada del mundo, pero uno de ellos que era del genero “golfo”, encontró en
mí a un aliado y nos tragamos la botella entre los dos… de vuelta al hotel me
vi obligado a visitar el baño y clavar las rodillas…. Por suerte a la mañana
siguiente me encuentro una mesa con un montón de pastas, dulces, café, té, una
especie de bolas de pasta rellenas de cebolla y carne y todo para mí y sin
cargo alguno… lo cierto es que estas gentes son excepcionales,no me cansare de
decirlo.
Samarkanda no se
libra de ese tufillo soviético que planea sobre todas estas regiones, pero
tiene el honor de albergar joyas como la plaza del Registán con sus tres
espectaculares madrazas, los mausoleos de Shahy Zinda, la mezquita de Bibi Kahnym o el bazar de Siyob
que te hacen olvidar la parte más fea de una ciudad que fue el centro del mundo
hace muchos años… Una ciudad que en el siglo XV recibió a Ruiz González de
Clavijo, un embajador de Enrique III que con dinero de la corona de Castilla
llegó hasta tan remota ciudad con la intención de encontrarse con el poderoso
Tamerlán e intentar formar una alianza para enfrentarse a los otomanos, los
actuales turcos, a los cuales el reino de castilla los veía como una amenaza
para el cristianismo de la época en uno de los episodios más desconocidos e
interesantes de la historia española. Su viaje desde el Puerto de Santa María
en Cádiz hasta Samarkanda, quedó plasmado en un el libro que él mismo escribió:
“Embajada a Tamorlán” siendo un gran libro de viajes medievales a la altura del”Libro
de las Maravillas” de Marco Polo.
En el albergue donde
dejo caer mis huesos en Samarkanda coincido con otros viajeros muy majos y
algún que otro excéntrico, como Chris y Laura, dos motoristas que llevan más de
10 años recorriendo el mundo a lomos de dos poderosas BMW o una alemana que va
de Alemania a China en bici y en solitario. Aunque el más personaje de todos es
un Canadiense que salió desde Lisboa en Bici hasta Samarkanda con la única
intención de lanzar su anillo de boda (su mujer le había dejado unos meses
antes) en la “puerta del infierno”, que es una especie de mini volcán activo
que hay en Turkmenistán… un tipo es un frikie del “señor de los anillos”
totalmente destrozado por el abandono de su conyugue…
El camino prosigue
por el polvoriento desierto hasta Bujara donde por fin encuentro una ciudad a
la altura de la leyenda… Bujara pese
a estar algo saturada de turismo es una pequeña joya que sí me transportó a los años dorados de la Ruta
de la seda… y estando disfrutando de tan bonito enclave, recibo un mail
diciéndome que debo volver a Tashkent a recoger mi visado Iraní el cual se me
ha resistido muchísimo y no es plan de perder la oportunidad. Un tren nocturno
al más puro estilo soviético, digno de las películas de espías… me devuelve a
la capital uzbeka para entonar lo que va a ser el último estribillo de esta
canción de un viejo nómada…
Me dispongo a
cruzar la antigua Persia entre mayo y junio y he decidido poner punto y final
en Dubái. Desde el sur de Irán cruzaré en barco el estrecho de Ormuz y desde
esa extraña ciudad de los Emiratos árabes volaré hasta mi añorada Barcelona
para reencontrarme con todo aquel que quiera reencontrarse conmigo…
Así pues….. Un
millón de gracias de nuevo por los mensajes de ánimo y apoyo que tanto
reconfortan y por viajar a mi lado sin apenas sudar ni pasar calamidades…. Jeje
Nos vemos en…….
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Valle de Fergana |
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Almendros en el Valle de Fergana, no es edel Jerte, pero bueno... |
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Simpatico carnicero en el Bazar de Andijon |
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Panaderias de Uzbekistan |
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Coloridos mercados |
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Recien llegados a Kokant |
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Kokant |
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Escenas agricolas en el Valle de Fergana |
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Mercados y bazares en la Ruta de la seda |
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Vestimenta tipica de Uzbekistan |
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Jami mosque en Kokand |
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Narbutabey Madrasa en Kokand |
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Hombres tomando Chay (Te) |
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Omnipresente Te |
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Khans Palace |
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Amigos de Kokand que me invitaron a cenar un delicioso PLOV |
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La eterna carrtera |
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Toy Cansao..... |
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Kamchik pass (2267mtr) |
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camino de Tashkent |
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Kamchik pass |
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Por suerte casi todas las subidas se convierten en bajadas... |
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Rio Syr Darya |
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Gente generosa abasteciendome de pan en el camino... |
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Syr Darya |
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Ahora de postre yogurt artesano y gratis... |
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Las yogurteras |
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Bonitos caminos secundarios |
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Por fin en la capital de Uzbekistan |
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Tamerlan.. el heroe nacional |
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Degustando mel i mato (requeson con miel).... que bueno!!! |
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Butifarrera mayor en Tashkent |
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Kulkedash madrasa en Tashkent |
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Circo de Tashkent |
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Khast Imom |
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Khast Imom |
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Marujillas Uzbekas |
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Bonitas cupulas de azulejos turquesa |
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Ya va quedando menos.... |
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Yo....sin mas... |
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Pedaleando a contra viento... |
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Entre el viento y lo que me van regalando por el camino
se me ha quedado cabeza de Leon... |
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Companeros de carretera |
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Otros que me pagaron la cena... buena gente en Jizzahk |
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Samarkanda a la vuelta de la esquina |
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Verdes paisajes de vacas... |
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Samarkanda |
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Nan o pan de Samarkanda.. muy popular |
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Panaderia ambulante |
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Mercados de Samarkanda |
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Rejistan |
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Sher Dor Madrasa con los famosos leones |
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Rejistan, Samarkanda |
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Un clasico en las calles de Samarkanda |
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Biblioteka de la escondida sinagoga de Samarkanda |
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Los unicos camellos que he visto de momento... |
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Shah i Zinda |
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La abuela de la fabada uzbeka |
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Shah i Zinda Samarkanda |
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Con Nasrutdin, una especie de Quijote oriental originario de Bujara. |
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Calles de Bujara |
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Minarete en Bujara |
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Golden Colgate |
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uno de los pocos camellos que me he encontrado |
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Bujara |
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Hola Maggie!!!!! |
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Char Minar |