La enigmática India, el país que hace que el resto de países parezcan anclados en el blanco y negro, sirve de antesala a una de las carreteras más espectaculares del mundo; La Pamir Highway, un rudo camino que discurre durante cerca de 1000 kilómetros por lugares tan genuinos como Tayikistan, la frontera de Afganistan y Kirguizstan, la puerta de entrada a mi particular Ruta de la Seda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario